Por primera vez, registran la actividad cerebral de una persona al morir

En una experiencia sin precedentes, un equipo de científicos ha conseguido medir la actividad cerebral de una persona viva momentos antes de su fallecimiento. El registro fue totalmente fortuito, ya que se estaba monitoreando su actividad cerebral cuando murió de un ataque cardíaco. ¿Qué información se ha sacado de esta experiencia? Aquí te contamos algunos datos muy interesantes.

Actividad cerebral en los primeros 30 segundos después de la muerte

Los comentarios sobre las experiencias que se suceden cuando una persona se ha enfrentado a la muerte son muy similares, aunque algunos dicen haber cruzado un túnel, otros hablan de una visión lejana o de la sensación de flotar sobre el propio cuerpo.

Sentir una paz infinita, ver pasar los momentos más importantes de la vida, estos y otros “recuerdos” han sido relatados por muchas personas que lograron volver a la vida.

Si bien los mecanismos detrás de las experiencias reportadas por los pacientes que estuvieron cerca de la muerte siguen siendo misteriosos, los neurocientíficos ahora están generando nuevas respuestas después de las experiencias registradas en el paciente moribundo.

La actividad cerebral es similar a la registrada en los sueños

Aún existen zonas sin explicación en los ECM y los científicos plantearon la hipótesis de que el cerebro podría generar una relectura de la memoria dentro de esta fase “inconsciente”, asociada con un aumento en la actividad oscilatoria.

Gracias al registro de la actividad cerebral de este paciente que murió repentinamente, el equipo investigador tiene una idea más cercana de lo que sucede en el cerebro a medida que se acerca la muerte y unos pocos segundos después.

Se supone que el cerebro es hipoactivo durante un paro cardíaco, pero experimentos en roedores demostraron aumento de la conectividad cortico-cardíaca y antero-posterior.

También se observó el acoplamiento de fase entre las oscilaciones gamma y las ondas alfa y theeta, y un aumento de la actividad oscilatoria de la banda gamma dentro de los primeros 30 segundos después del paro cardíaco. Esta actividad es similar a la que se registra durante el sueño.

Estos resultados sugieren que el cerebro de los mamíferos es capaz de generar un aumento del procesamiento consciente durante la muerte inminente.

Además del paro cardíaco, señalan los investigadores, se observó un aumento en las oscilaciones gamma inmediatamente después de la asfixia.

El doctor Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville en los Estados Unidos y principal autor del artículo habló sobre la importancia de estos hallazgos. No solamente desafían la comprensión del final exacto de la vida, sino que también generan preguntas importantes para más adelante, como las relacionadas con el momento preciso para la donación de órganos.

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